Interesante artículo publicado en el blog Zumo de Empleo. @zumodeempleo Fuente:http://bit.ly/gWWVXt . Creo que puede ser de interés para todos.
CÓMO ACTUAR ANTE UNA EMPRESA DE SELECCIÓN
Has estado mandando Currículums a distintos procesos que te interesaban, y un buen día… ¡tachán! recibes la tan esperada y ansiada llamada: una Empresa de Selección ha identificado tu Currículum como un posible encaje con un puesto abierto. Para empezar, desde el momento en que ves un número de teléfono que no conoces en tu móvil y tomas la decisión de contestar o no, ya estás en el proceso y estás ganando o perdiendo puntos, ¡tenlo en cuenta!
Prepararte antes de la llamada
El consultor que lleve el proceso no busca identificar al más brillante o al más competente: trata de escoger a quien, cumpliendo todos los requerimientos necesarios, mejor encaje en la cultura de su cliente, a quien mejor se vaya a adaptar a la realidad y dinámica de la empresa.
No podrás, por tanto, saber de antemano ni las respuestas perfectas ni si eres el candidato perfecto, ya que no contarás con la información clave con la que poder contrastar si realmente eres quien mejor encaja con las necesidades del cliente. Te digo esto para que intentes tomarte el proceso con calma, siendo tú mismo, y considerando que tú también debes estar seguro de que la empresa es la que mejor encaja contigo, con tu forma de trabajar y con tus perspectivas futuras.
La llamada de teléfono de la empresa de selección
Esa primera llamada, aunque te pueda parecer un mero trámite, aunque sea breve y no te aporte nada, es la primera prueba. Es la primera tanda de descartes que está haciendo el consultor para convocar a entrevista sólo a los que más posibilidades tengan de encajar con su cliente.
Lo más probable es que en esa llamada no recibas prácticamente ninguna información adicional a la publicada en el anuncio: ni el nombre de la empresa (si no estaba indicado en el anuncio), ni las condiciones concretas del puesto, nada. Esta llamada es para que el consultor tenga un primer “feeling” sobre ti y verifique algún aspecto relevante para decidir si eres un candidato viable o no.
¿Qué puede hacer que quedes descartado en esta primera prueba? Lo primero y más claro: cualquier incongruencia entre lo que has escrito en tu CV y lo que demuestras en esa llamada. Si en tu Currículum o carta de presentación has dicho que eres un “hábil comunicador” pero al teléfono no das pie con bola, respondes con monosílabos y eres incapaz de “engancharle” de ningún modo… hará que dude de tu Currículum entero!!!
Déjame, por tanto, que haga ahora un paréntesis para recalcar algo importante: en un Currículum NO SE MIENTE. ¡¡Es tirar piedras sobre tu propio tejado!! Puedes obviar detalles que no sean relevantes o que no te dejen en el mejor lugar, puedes resaltar únicamente lo mejorcito mejorcísimo que hayas hecho… mientras sea cierto y demostrable, perfecto. Pero de verdad, te aconsejo que nada de lo que digas en ese documento TAN importante para tu futuro sea mentira. Es tentador pero ¡no vale la pena que alguien ponga en tela de juicio tu honestidad!
Cómo actuar en la entrevista telefónica
Es la primera impresión que le causas al consultor, y ya sabes que “No hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión”, o sea que tienes que estar alerta: para empezar, previamente debes preparar un buen registro de todos los CVs que mandas, a quién y para qué puesto porque te dará un punto positivo que sepas exactamente de qué puesto estáis hablando y así demostrar que el *enorme* interés que dices en tu carta de presentación que tienes por *ese* puesto, sea verdad ;D.
En esta llamada debes intentar mostrarte relajado, escuchar activamente la información que te da el consultor y especialmente lo que te está preguntando; contestar sin rodeos –como los nervios nos traicionan haciéndonos hablar más de la cuenta ¡vigílate!-, dando respuestas directas y sinceras. No es el momento de convertirte en una ametralladora de preguntas, intentando averiguar por todos los modos qué empresa está detrás del puesto, cuánto te van a pagar, cuántos días de vacaciones dan al año… deja esa parte para la entrevista personal: cuando el consultor vea que hay posibilidad de presentarte al cliente, te dará toda la información que precises.
Es mejor que en este momento te intereses por enterarte bien del proyecto, situación y necesidad de la empresa para que tú también puedas hacer tus valoraciones.
Es muy probable que en este punto te hagan una pregunta clave: tu salario.
Esta es un arma de doble filo y hay que saber emplearla con mucha cabeza. En cualquier caso: el consultor conoce el mercado, conoce los sectores, las empresas, los puestos y los salarios que se manejan. Vamos, que es tontería intentar engañarle, el margen que tienes es pequeño. Tu nivel de experiencia, conocimientos y edad marcará el rango en el que te mueves. Si no quieres dar un dato exacto puedes darle la cifra que *te gustaría* ganar, o el mínimo que aceptarías. Está el socorrido “el dinero no es lo que me motiva a cambiar sino el proyecto de la empresa” (blah, blah, blah), o incluso la respuesta a la gallega: ¿en qué cifras se mueve el cliente?, pero al final tendrás que retratarte en un precio, no habrá más remedio, porque es un aspecto clave para el consultor saber si estás dentro del presupuesto o no.
La entrevista personal
Vale, una vez pasada la primera criba, queda poner toda la carne en el asador en la entrevista personal. No vamos a ver aquí todas las técnicas de las entrevistas de trabajo, eso ya lo tratamos en un artículo anterior –y el tema da para que escribamos más, no te preocupes!-, sino específicamente qué tienes que tener en cuenta en este caso, en la entrevista con la empresa de selección. Vamos allá:
Quien tienes delante es humano
Por muy objetivo que quiera ser, se verá influido por la química que se establezca entre ambos, o por entendernos mejor: por lo bien o mal que le caigas. Tu objetivo por tanto es que te vea como una persona agradable, alguien con quién él se sentiría a gusto trabajando.
El consultor no trabaja para ti sino para el cliente
Es importante proyectar confianza pero no bajes la guardia y hables de más. El consultor intentará que te sientas cómodo, incluso acercarse para que le trates de tú a tú pero recuerda SIEMPRE que no es un amigo ni un colega, es un profesional que está tratando de cumplir con el objetivo que le ha puesto su cliente y busca y evaluar tu personalidad y estudiar tu compatibilidad. Por tanto, recuerda: tono cordial y cercano pero sin bajar la guardia en ningún momento!.
Adáptate a su estilo y nivel
Puede que te encuentres con un consultor que esté muy familiarizado con los pormenores del día a día del puesto vacante y puede que no, o sea que en la duda, evita el exceso de tecnicismos, entrar en detalles demasiado concretos y enrevesados de los entresijos del trabajo en sí o usar en exceso la jerga del sector. Trata en todo momento de adaptarte al nivel y profundidad técnica que quiera tratar él, no cometas el error de intentar “impresionar” soltando una ristra de siglas que a lo mejor no le están diciendo nada. No pretendas epatarle con todo lo que sabes, sino demostrarle lo que eres capaz de lograr.
Plantéate la entrevista como una negociación comercial
El consultor tiene algo que ofrecer y tú también: AMBOS debéis decidir si os interesa la transacción comercial. Con tacto puedes preguntar lo que quieras sobre la empresa cliente, aunque respetando la confidencialidad de cualquier información que el consultor no pueda darte en este momento. Te recomiendo que te centres en conseguir el máximo de información del puesto en sí, de a quién reportarías, pregunta por el ambiente de la empresa, la media de edad, la cultura de la empresa, lo que más se valora…
No busques que te presenten al cliente por las razones erróneas
Ni por mera amistad, ni por pena, ni por filantropía te presentará una empresa de selección a un cliente arriesgándose a desprestigiarse si realmente no ven que cumplas las condiciones para asumir el puesto, o si tu forma de ser y/o trabajar no se ajustan a la cultura de la empresa. El consultor debe cumplir unos objetivos concretos, o sea que no será ni un borde ni un mal profesional si, aunque tú creas lo contrario, debe decidir no presentarte al cliente.
[N. del A.: Habrá casos en que lo sea, no digo que no, pero estoy partiendo de un estándar de profesionales de selección con un mínimo de ética, conocimientos y sentido común, porque en caso contrario, apaga y vámonos porque no existen ni reglas ni recomendaciones que te pueda hacer…]
La empresa de selección no es quien decide si te contratan
Por supuesto que tienen un poder de decisión muy importante: ellos deciden si te presentan al cliente o no, pero debes entender que en última instancia sólo recomiendan, no deciden. Es decir, que si en este proceso no resultas elegido, no cargues contra el consultor, es más: asegúrate que quedáis en buenos términos, que agradeces su tiempo, que le pides amablemente que te tenga en cuenta para procesos similares, y que dejas la puerta abierta para manteneros en contacto e irle actualizando tu situación. ¡No desperdicies el tiempo invertido y el contacto conseguido!.
Si no te eligen, no te lo tomes como algo personal: probablemente te han hecho un favor
Sé que suena raro, pero créeme cuando te digo que aceptar a la desesperada un trabajo en una empresa en la que no encajas puede ser una auténtica pesadilla. Incluso las que pintan más ideales y maravillosas pueden convertirse en un calvario para alguien que tiene distintas expectativas, forma de ser, de trabajar, ilusiones, etc. A lo mejor no el primer mes, que por fin cobras una nómina, pero de un modo o de otro, terminará volviéndose en tu contra.
Y en cualquier caso, que no te hayan seleccionado en este caso no significa que seas un mal profesional, ni que haya ningún problema contigo, sólo significa que en este caso concreto no encajas exactamente con lo que busca esta empresa. Punto.
Si este proceso no cuaja, sal de las entrevistas con la cabeza bien alta y tu confianza enterita; habrás logrado un buen contacto con el consultor, y debes aprovechar la experiencia para hacer autocrítica y estar más preparado para las entrevistas que están por llegar.
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